GRAZALEMA SE AGARRA A LA MAROMA




Cuando hace nueve meses nos propusimos continuar con el Proyecto Memorias de Grazalema, realizando un documento audiovisual sobre la fiesta del Lunes del Toro de Cuerda, no sabíamos en qué nos estábamos metiendo. Sabíamos que queríamos grabar testimonios de las personas mayores de nuestro pueblo, que nos contaran la historia de la fiesta, anécdotas, vivencias, cómo ha ido cambiando,… También teníamos claro que en esta ocasión queríamos incluir el vídeo, porque antes solo habíamos grabado en audio.


No sabíamos el trabajo tan ingente que nos supondría o que nuestros vecinos y vecinas se volcarían en el proyecto. En otro orden de cosas, desconocíamos las implicaciones históricas, sentimentales o sociales de una fiesta que va más allá de la suelta de un toro ensogado.
Para la mayoría de nosotros era la primera vez que nos relacionábamos con la creación audiovisual. No conocíamos ni siquiera su lenguaje. Con el tiempo me enteré que lo que yo hacía estaba dentro de la producción. La realización del documental ha sido un proceso de aprendizaje de primer orden para muchos de los que hemos tenido la suerte de poder estar en este proyecto. En este tiempo hemos descubierto cómo sienten los grazalemeños y grazalemeñas su fiesta del toro. Y tenemos que decir que es de una forma muy heterogénea. Además, apenas ha habido personas que nos hayan dicho que no, a participar en esta aventura. Más de veinticinco personas entrevistadas, otros tantos niños y niñas que han participado en el rodaje, y muchas otras personas que han colaborado cediendo sus imágenes, prestando sus fotos o abriendo las puertas de sus casas. Pero detrás de las cifras hay un hecho: Grazalema se ha agarrado a “La Maroma”.
Sin la complicidad de la Peña del Lunes del Toro de Cuerda y del Ayuntamiento este proyecto no podría haberse acometido con el grado de exigencia que nos hemos impuesto. Y en este punto me gustaría resaltar una enseñanza que conservaré para otras empresas: cuando el trabajo de varias organizaciones converge en un mismo proyecto el resultado es mucho mejor. Y otra mejor, participación no es solo una bonita palabra, tiene unas connotaciones afectivas y organizativas que no siempre podemos conseguir. Es muy difícil aplicar la participación en todas las etapas de la realización de un documental especialmente cuando los procesos a realizar son más técnicos o cuando la creatividad y un desarrollo coherente de la obra que quieres realizar, se imponen.


Un proceso participativo en el que una quincena de personas, miembros de las Asociaciones Remolino Verde de Letras y Colores (Grazalema) y la Madeja y el Gato (Sevilla) han puesto lo mejor de ellas (su tiempo, su esfuerzo, su trabajo y también su dinero, por qué no decirlo) para que con motivo del Congreso del Toro de Cuerda, Grazalema pudiera contarse a sí misma, y a los que nos visiten, cómo es su toro enmaromado.


Actualmente se está llevando a cabo el montaje, quizá una de las fases más creativas y exigentes del proceso. Es una tarea muy complicada y quizás también, desagradecida, porque hay que seleccionar qué material incluir en la obra definitiva y esto conlleva siempre que se quedarán fuera testimonios y documentos muy valiosos.


Si tuviera que resaltar algunas ideas sobre los temas que han ido apareciendo a lo largo de las entrevistas, me quedaría con la idea de que la fiesta del Toro de Cuerda a pesar de tener su origen hace algunos siglos atrás no ha parado de transformarse al mismo tiempo que se transformaba la sociedad rural. También diría que sobre ella sobrevuelan varios peligros, uno de ellos es que muera de éxito; que el espectáculo acabe con una fiesta que durante tantos años ha dado identidad a los grazalemeños y grazalemeñas. Este riesgo es mucho más serio que la posibilidad de prohibición. Por delante algunos retos como propiciar una mayor participación de la mujer en la organización o un debate sobre los tipos de toros que se emplean en el encierro.
Y para acabar, me quedo con una de las ideas que ofrecía Francisco Campuzano en la entrevista que realizamos:
Yo creo que la maroma es un símbolo de unidad, de unidad entre las personas, de unidad de las personas con el toro, y es un símbolo de la cultura.


SRB